Marcos 1:35-45
Anteriormente vimos como Jesús había sanado a la suegra de Pedro y a todo el pueblo que se había amontonado afuera de la casa. Fue una jornada larga y agotadora. Seguro que todos fueron a dormir muy tarde, cansados, asombrados y felices por lo que habían vivido ese día.
En los versículos que leímos, podemos notar que Jesús se levanto temprano, y fue a un lugar apartado para orar. Era tan temprano que aun no había amanecido.
Cuando amaneció y todos se despertaron no vieron a Jesús, y comenzaron a buscarlo.
Jesús sabía que su fortaleza provenía de Dios, depender de él era su prioridad. Así que luego de pasar un tiempo en oración y al encontrarlo el dijo que debían continuar por otras ciudades y predicar las buenas nuevas por que esa era su misión. Pedro le dijo, todos te buscan, estaba entusiasmado por lo que Jesús estaba provocando en las personas. Pero el Señor no buscaba reconocimiento, el sabía que su misión era servir y contarles a todos para que había venido.
El los tiempos de Jesús la lepra era una enfermedad terrible, no solo por las heridas visibles que producía por todo el cuerpo, no tenía cura y era muy contagiosa. Pero también todos los que la padecían eran excluidos, apartados, discriminados y considerados personas impuras. Vivían lejos de la ciudad y estaba prohibido tocarlos. Imaginemos cómo se sentirían estas personas, no solo por lo que visiblemente causaba esta enfermedad en su cuerpo, sino también por el desprecio de las personas.
Éste leproso corrió hasta Jesús, se arrodillo y le suplicó que lo limpiara. Mostrando una completa humildad en su actitud y también dependencia a la decisión de Jesús. Le dijo, si tu quieres...
Jesús mostrandole compasión y amor, le respondió: sí quiero... Pero no solo le habló, el Señor también lo tocó. Jesús estaba muy conmovido por ésta persona. De seguro pudo ver no solo el daño evidente de la enfermedad, sino también el daño en su corazón.
Jesús le pidió que no le contara a nadie lo que había pasado, y que cumpliese lo que la ley ordenaba. Pero el que había sido sano proclamo lo sucedido, les contó a todos como y quien lo había sanado y como consecuencia Jesús ya no podía entrar a las aldeas por las multitudes que lo buscaba.
Conclusiones:
Jesús y la oración
En los versículos que leímos, podemos notar que Jesús se levanto temprano, y fue a un lugar apartado para orar. Era tan temprano que aun no había amanecido.
Cuando amaneció y todos se despertaron no vieron a Jesús, y comenzaron a buscarlo.
Jesús sabía que su fortaleza provenía de Dios, depender de él era su prioridad. Así que luego de pasar un tiempo en oración y al encontrarlo el dijo que debían continuar por otras ciudades y predicar las buenas nuevas por que esa era su misión. Pedro le dijo, todos te buscan, estaba entusiasmado por lo que Jesús estaba provocando en las personas. Pero el Señor no buscaba reconocimiento, el sabía que su misión era servir y contarles a todos para que había venido.
Jesús sana a un leproso
Éste leproso corrió hasta Jesús, se arrodillo y le suplicó que lo limpiara. Mostrando una completa humildad en su actitud y también dependencia a la decisión de Jesús. Le dijo, si tu quieres...
Jesús mostrandole compasión y amor, le respondió: sí quiero... Pero no solo le habló, el Señor también lo tocó. Jesús estaba muy conmovido por ésta persona. De seguro pudo ver no solo el daño evidente de la enfermedad, sino también el daño en su corazón.
Jesús le pidió que no le contara a nadie lo que había pasado, y que cumpliese lo que la ley ordenaba. Pero el que había sido sano proclamo lo sucedido, les contó a todos como y quien lo había sanado y como consecuencia Jesús ya no podía entrar a las aldeas por las multitudes que lo buscaba.
Conclusiones:
- Jesús buscaba a Dios en oración muy de mañana ¿porqué crees que eligió esta hora? ¿porque decide ir a otras aldeas? ¿si su fama crecía, no era mas cómodo que esperara a que las multitudes lo buscara?
- ¿cómo crees que se sentiría el leproso al escuchar hablar de Jesús y de lo que enseñaba y hacía?
- ¿Cómo crees que se sentirían las personas que seguían a Jesús al verlo hablar y tocar a un leproso? ¿que habrán pensado al ver al leproso acercarse?
- ¿Te imaginas la sorpresa y las caras de asombro al ver tal milagro?
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy en medio de ellos.
Mateo 18:20
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